Un día, en Texas, un pequeño cachorro abandonado buscó refugio debajo del auto de Abigail y gritó pidiendo ayuda.
Su apariencia frágil y demacrada pintaba un cuadro de extrema debilidad, asemejándose a una figura esquelética en extrema necesidad. Los compasivos rescatistas le ofrecieron comida y agua, dándole espacio para superar su evidente miedo.
Finalmente, reunió el coraje para salir de su escondite. Abigail, la eventual salvadora de Ellie, rápidamente le puso una correa cuando se aventuró a salir de debajo del auto.
Ellie, como la llamaban, mostró un terror absoluto y adoptó lo que Abigail describió como “modo tortuga”. A pesar de su miedo, la prioridad inmediata era llevarla al veterinario lo antes posible, sospechando que podría haber contraído parvo, una enfermedad altamente contagiosa y virus letal si no se trata.
Afortunadamente, no fue parvo. El veterinario reveló que Ellie había estado sobreviviendo a base de basura, lo que le provocó graves malestares estomacales. Con los cuidados adecuados, se esperaba que se recuperara en unas pocas semanas.
Abigail descubrió que Ellie, de aproximadamente seis meses de edad, era una mezcla de Golden Retriever, un hecho que no se hizo evidente de inmediato debido a su pelaje seco y escamoso.
Durante sus primeros días en la casa de Abigail, Ellie permaneció bastante asustada e insensible. Poco a poco fue ganando energía y, al ver una pelota de tenis, reveló su lado juguetón. Abigail enfatizó la importancia de sacar a Ellie de su caparazón y hacerla sentir cómoda.
Con el paso de los días, Ellie se transformó en una perrita valiente y divertida, cuya piel y pelaje mejoraron constantemente. Abigail se aseguró de sentirse cómoda al presenciar la notable recuperación de Ellie.
Hoy, Ellie es una perra transformada, casi irreconocible. Se ha convertido en una hermosa chica dorada con un pelaje exuberante y una personalidad vibrante. Le gustan los paseos en coche, meter la cabeza y las patas por la ventanilla y disfrutar de las salidas a la playa.
La primera visita a la playa marcó un momento monumental en la recuperación de Ellie, donde disfrutó cavando, haciendo zumbidos y contemplando el océano.
El viaje de Ellie la retrata como una verdadera luchadora, mostrando su resiliencia y determinación para superar la adversidad. Su notable recuperación y su nueva alegría en la vida se pueden seguir en su cuenta de Instagram, ofreciendo un vistazo a los triunfos de su transformación. Se anima a los seguidores a seguir a Artemis Animal Rescue, Texas, para mantenerse actualizados sobre sus esfuerzos de rescate.