Mientras disfrutaba de sus vacaciones en Bali, Amora se topó con un pequeño pitbull hurgando en un contenedor de basura al costado de la carretera. El pobre cachorro, en un estado angustioso con enfermedades malignas y extrema emaciación, parecía haber estado consumiendo plástico. Preocupada por su bienestar, Amora pidió ayuda a Karin, la fundadora de Bali Bully Rescue. A pesar de la admisión cerrada de la organización, Karin no podía darle la espalda a un perro que lo necesitaba desesperadamente.
Al expresar su filosofía compasiva en la página de Facebook de Bali Bully Rescue, Karin afirmó: “No puedo ignorar a un perro que lo necesita desesperadamente, pase lo que pase. Así que mi mantra para hoy es “rescátalo primero, preocúpate por él”. eso mas tarde.'”
El Pit Bull, llamado Louie por los rescatistas, mostró signos de abandono y desamor a lo largo de sus ocho años. Karin estaba decidida a brindarle una segunda oportunidad y logró encontrarle un hogar de acogida. Amora, quien lo descubrió inicialmente, continuó vigilando a Louie durante las salidas a la playa, asegurándose de que disfrutara cada momento.
Descrito como “un chico muy dulce y apacible”, Louie formó un trío encantador con Luna y Shelly en Bali Bully Rescue. Karin se refirió con cariño a ellos como los “tres fantásticos”, que compartían una perrera y se mezclaban a la perfección.
A pesar del vínculo conmovedor, Karin sueña con que Louie encuentre un hogar permanente para disfrutar de sus años dorados. Bali Bully Rescue se enfrenta actualmente a necesidades urgentes, especialmente de alimentos secos para sustentar a sus 40 pitbulls rescatados. Aquellos que estén dispuestos a apoyar a Louie y ayudar a Bali Bully Rescue pueden visitar sus páginas de Facebook o Instagram.