Existe una multitud de ideas preconcebidas en nuestro mundo, muchas de las cuales están entrelazadas con los animales, particularmente los perros. Entre los estereotipos predominantes y ampliamente aceptados destaca la noción de que los pitbulls son una raza inadoptable.
Esta percepción ha contribuido a disuadir a muchas personas de siquiera contemplar la idea de adoptar un pitbull, dejando a estos desafortunados perros a su suerte.
Afortunadamente, no todo el mundo comparte esta mentalidad, como lo demuestra una mujer llamada Caitlyn. Ella tomó una decisión que cambió su vida sin mucha vacilación.

A pesar de tener ya un Pit Bull en casa, Caitlyn no pudo resistir el encanto de esta hermosa Pittie. Rápidamente decidió asumir el papel de madre adoptiva de Liv.
“Estamos emocionados de anunciar que hemos comenzado nuestra próxima aventura, ¡pero este no es un viaje por carretera! ¡Estamos fomentando a Liv! ️”, compartió Caitlyn en una publicación de Instagram. “Esta dulce niña todavía está tomando algo de tiempo para adaptarse. Es muy asustadiza y nerviosa, ¡pero le encanta sentarse en mi regazo y literalmente me toma de la mano todo el día!”
Dado el tumultuoso pasado de Liv, su adaptación resultó un desafío. Sin embargo, con el tiempo, las piezas empezaron a encajar.


Su conexión fue instantánea y pronto Liv y Tot se volvieron inseparables. Compartían un profundo entendimiento, no sólo debido a su raza compartida sino también porque ambos habían soportado dificultades similares en el pasado. Tater Tot también fue un perro de rescate.
Lo que es realmente notable en toda esta historia es el hecho de que Tater Tot es un perro selectivo, que no se adapta fácilmente a la mayoría de los otros perros, especialmente a los nuevos.
“Estaba aterrorizada de hacer su encuentro y genial. Una noche, ella accidentalmente derribó su puerta. Se cayó sobre mi pie y apenas podía caminar, me dolió tanto y me lastimó literalmente todo el pie”, relató Caitlyn en su Instagram. correo. “Ella salió corriendo para encontrarse con Tot, comenzaron a jugar mientras yo rezaba para que no se convirtiera en una pelea y el resto es historia”.
Esta Pit Bull negra finalmente había encontrado el lugar que le correspondía.

A pesar de su traumática historia, Sweet Pea se convirtió en una perra cariñosa y afectuosa. Le encanta apoyar sus patas en la mano de su madre, recibir palmaditas en la cabeza y brindar consuelo a sus seres queridos en momentos de angustia. Su familia lo es todo para ella.
