En agosto de 2021, nos llegó una llamada angustiada sobre un pequeño cachorro herido llamado Bongo. A nuestra llegada, se hizo evidente que la pata trasera de Bongo había sufrido una lesión grave, lo que provocó la extirpación completa de la piel, exponiendo tejido y músculo. Bongo también presentaba numerosas heridas punzantes en todo el cuerpo, junto con una temperatura corporal peligrosamente alta, lo que arrojaba dudas sobre sus posibilidades de supervivencia.
Sin dejarnos intimidar por los desafíos, inmediatamente nos pusimos a trabajar, elevando la temperatura corporal de Bongo y combatiendo las infecciones para darle una oportunidad de luchar. Al reconocer su estado demacrado, pospusimos la cirugía y nos concentramos primero en fortalecerlo.
Bongo demostró ser un guerrero resistente, mostrando un gran apetito y entusiasmo por la vida. Después de varias semanas, amputamos con éxito su miembro lesionado y tratamos las infecciones. Aunque aún quedaba una larga recuperación por delante, se habían logrado avances significativos y Bongo finalmente estaba libre de dolor.
El proceso de curación de las heridas de Bongo tomó un mínimo de dos meses, durante los cuales enfrentó algunos problemas con los huesos blandos de las piernas. Sin embargo, con una alimentación y cuidados adecuados, su cuerpo encontró gradualmente el equilibrio y continuó avanzando hacia una recuperación total.
Hoy en día, Bongo prospera, navega con confianza por el mundo sobre tres patas e incluso muestra su talento durante las audiciones para el papel de “cortacésped”. A pesar de la incertidumbre inicial que rodea su supervivencia, el notable viaje de Baby Bongo hacia la recuperación subraya la profundo impacto de los esfuerzos de rescate.