Al comenzar esta narrativa, uno podría verse tentado a comenzar con “la vida escribe”, pero en realidad, no es la vida la que escribe nuestras historias; somos nosotros y aquellos dentro de nuestra esfera.
Trágicamente, los individuos a menudo asumen el doble papel de autores y protagonistas en estas narrativas. Si bien poseemos la agencia para determinar nuestras trayectorias narrativas, seres pequeños como Alberto carecen de esa autonomía.
Es desalentador que ciertos individuos posean la capacidad de infligir daño o abandonar a una criatura inocente. Sin embargo, dentro de esta oscuridad, existen almas benevolentes, ejemplificadas por los humanos que se unieron para rescatar a Alberto, un adorable doggo con un pasado tumultuoso.

Alberto, un canino diminuto pero resistente, resistió las duras condiciones de la vida en una caja abandonada con una aflicción en el ojo, probablemente el catalizador de su abandono.

La mujer, conmovida por el estado del perro y desconsolada por su abandono, no podía imaginar dejarlo solo:
“¿Quién podría tener un corazón podrido para hacer tal cosa? No puedo dejarlo solo”.
Sosteniendo al cachorro en una caja de cartón, suplicó ayuda a personas de buen corazón, un momento que realmente me conmovió el corazón.
Sin embargo, la siguiente parte del video brindó una sensación de consuelo al narrar el viaje de Alberto hacia la recuperación.
Con el apoyo de humanos compasivos, la caja de aflicción de Alberto se metamorfoseó en una caja de esperanza.

Esta aflicción, a menudo provocada por moscas que ponen huevos dentro del ojo de un perro, ponía en peligro la visión de Alberto. Afortunadamente, un veterinario realizó una cirugía, extirpó los gusanos y le salvó de la ceguera.
El extraordinario equipo de Paticasporayudar no escatimó esfuerzos para garantizar la seguridad y el bienestar de Alberto. Su euforia al ver al cachorro abrir los ojos y volver a comer era palpable, especialmente considerando el innegable encanto de Alberto.



Aunque esta narración comienza con una nota sombría, ser testigo de cómo un cachorro abandonado y enfermo disfruta de las alegrías de la vida es realmente alentador.
Nada de esto sería concebible sin hombres compasivos como los de Paticasporayudar.
